cuanto a la plantilla orquestal y vocal que marcó Haendel para las primeras
presentaciones, tenemos constancia de la que prescribió en 1754 en el concierto
benéfico del Foundling Hospital de Londres:
15 violines (entre primeros y segundos), 5 violas, 3 violonchelos, 2 contrabajos, 4
fagots, 4 oboes, 2 trompetas, 2 trompas, timbales y continuo (órgano y clave): suman 41. En el coro había 19 cantantes (6 niños y trece voces masculinas), aunque se pedía a los solistas que lo reforzaran (Solà, 2015: online).
Y, en lo referente al coro, “contó con veintiséis niños de las dos catedrales, que también aportaron los solistas masculinos, incluyendo dos contratenores” (Hodwood,1988: 165).
Musicalmente, destaca por su trabajo melódico, plasmado con gran riqueza en las distintas secciones. Las arias fluctúan entre un carácter descriptivo y meditativo. Por su parte, los coros, de gran brillantez y energía, sobresalen en la variedad del empleo de tratamientos polifónicos, homofónicos y partes fugadas.
Si atendemos al análisis de diversos teóricos, encontramos el punto más relevante y la cualidad más subrayada de la composición de coros. En opinión de Moreno, “Haendel juega con las voces, haciéndolas correr, perseguirse, preguntarse y responderse hasta que todas ellas se unen en la frase fi nal, en un efecto plenamente afirmativo”
(2005B: 41). Para Grout y Palisca, el de Halle...
Sabía cómo escribir con efectividad para coro... Händel alterna pasajes de textura fugada clara con sólidos bloques de armonías, enfrenta una línea melódica de notas prolongadas a otra de ritmo más veloz. Todo está pensado para hallarse bien situado dentro del ámbito más eficaz de las voces, sobre todo en aquellos momentos en los que pretende obtener la máxima plenitud del sonido coral. Händel sabe cómo unir
pamiento se utiliza con frecuencia en las cadencias conclusivas característi-
camente händelianas: un allegro coral que culmina sobre un acorde
inconcluso; un tenso momento de silencio y luego los acordes cadenciales finales en tres o cuatro armonías en adagio espléndidamente sonoras en las que el coro, en único gran estallido sonoro, resume el significado de todo cuanto lo ha precedido